El sistema educativo español, configurado de acuerdo con los valores de la Constitución y asentado en el respeto a los derechos y libertades reconocidos en ella, se inspira, entre otros, en el principio de equidad, que garantice:
- la igualdad de oportunidades para el pleno desarrollo de la personalidad a través de la educación,
- la inclusión educativa,
- la igualdad de derechos y oportunidades, también entre mujeres y hombres, que ayuden a superar cualquier discriminación
- la accesibilidad universal a la educación, y que actúe como elemento compensador de las desigualdades personales, culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que se deriven de cualquier tipo de discapacidad, de acuerdo con lo establecido en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada en 2008, por España.